martes, 10 de mayo de 2011

U Tópico.

Eres preciosa. Por lo menos, tu te ves preciosa. Tu metro ochenta de altura perfectamente coordinado y proporcionado. Tu melena castaña ondeando al viento, remarcando tus andares. Ojos verdes de gata, nariz chata pero graciosa y unos labios que hacen suspirar a cuantos te cruzas.

La genética ha obrado en ti milagros: tienes las medidas ideales según todos los entendidos de la materia. Tus 90 - 60 - 90 los llevas perfectamente insinuados en ese vestido que, aunque te queda ajustado, tan sólo remarca lo que quieres remarcar. Nada escandaloso, todo sensual, como tus andares. Esas piernas largas, esbeltas, realzadas con unos tacones sobre los que eres capaz de mantener el perfecto equilibrio que tan sólo unas pocas pueden conseguir, con una gracia natural al caminar que llama la atención.

Como toda tu. Caminas por la calle comercial de la ciudad, tus ojos cubiertos por unas gafas que te protegen de los rayos solares, con un aire como despistado pero sin perder nada de vista, fijándote en todas y cada una de las personas con las que te cruzas. Te paras en un escaparate y, haciendo ver que estás echando un vistazo a la ropa allí expuesta, observas lo que tienes detrás de ti. La gente, cuando se cruza contigo, se para, te mira, te remira, alguno incluso te desnuda obscenamente con la vista. Una ligera sonrisa se esboza en tu cara.

Vas entrando en las tiendas. En todas hay algo que te gusta y te lo compras. Tu tarjeta Visa con crédito ilimitado, ganada a pulso trabajando duramente en la pasarela, te permite fijarte en la ropa sin preocuparte del precio. Aunque siempre lo has tenido claro: una prenda es buena en función de su corte, de su tela, de su caída. Pero nunca de su precio. Se te ha visto comprar, incluso, en aquellas cadenas de ropa de 3 puestas. O en los mercadillos. Si alguna prenda te gusta, te la compras, sin importarte lo que el resto opine.

Con un montón de bolsas en la mano, pareces la actriz de Pretty Woman, la típica imagen de la famosa de turno cargada de bolsas paseando por Rodeo Drive. "¿Y por qué no hacerlo? Siempre tuve ganas de ello, de darme el gusto de salir de las tiendas caras de Rodeo Drive con un montón de bolsas colgando del brazo".
Dicho y hecho. De repente, estás en medio de Rodeo Drive. Por allí va Julia Roberts o Penélope Cruz. También se dejan ver Paris Hilton y su corte de nuevas mejores amigas... En fin, lo más granado y selecto de la sociedad guapa de Hollywood.
"Pero... pero... ¿qué pasa? ¿Por qué no puedo caminar? ¿Por qué se ha quedado todo estático?". En tu pantalla sólo se ve la última imagen del programa mientras un ruido infernal sacude tu ordenador. Y al rato, la pantalla azul y un mensaje que hace que, en ese momento, el odio que sientes hacia el creador del sistema sea tu único sentimiento: "Reiniciar, Cancelar o Resetear"

4 comentarios:

Petri dijo...

Donde esta ese juegoooooo yaaaaaaa
lo necesito

natsnoC dijo...

Muy bueno, me ha gustado mucho el relato.

Carina DIAVOLA dijo...

¿Te ha dejado al menos recuperar las bolsas con la ropa y los zapatos..?
Uys...

Biquiños!!

(te sigo y te apunto para no perderte!!)

la reina del mambo dijo...

Quiero ese juego.
Esas medidas tal y como está el tema medidas femeninas, sería gorda y por tanto modelo tallas grandes.
Un besito
P.D Me gustaría tener esas medidas. :))